LA PATRIA ES LA INFANCIA

 


                                                                              MÓNICA LACKINGTON FUENTES

 


Nostalgias…

-Me dices que saliste del país porque tus padres habían recibido una herencia, que dejaron todo igual, pero que se les presentaron oportunidades laborales por allá y eso fue retrasando la vuelta, hasta que ya fue demasiado tarde…

En aquellos años, las familias emigraban, así es que a mí no me llamó la atención dejar de verte. Tanto Ch, F, S y tú (como tantos más) salieron por distintos motivos del país, pero creo que en todos influyó lo que estaba ocurriendo en Chile. Mi primer amigo Ch, me contó que se irían a Méjico, que la situación política para su familia era insostenible y allí tendrían otra tierra para echar raíces.

F, lamentaba el tener que dejar su mundo, teníamos poco más de diez años, pero ella vislumbraba la importancia de ser parte de la historia de su país y conservar su “terruño” cerca. Su padre había sido tomado preso y debió escapar a Israel, donde esperaba la llegada de la familia.

Los primeros en marcharse fueron Ch y F. Contigo, teníamos un grupo bien consolidado en el 74, el año de tu ingreso al colegio. Éramos cuatro y vibrábamos por todo lo que vivíamos. Sin embargo, de los amigos que partieron, la salida que más lamenté fue la de la S, con ella era otra cosa, una afinidad de muchos años y una sólida confianza.                                                                                                     

Nos hemos vuelto a ver después de tanto tiempo, ahora que somos mujeres maduras, con hijos adultos y parte importante de nuestras vidas ya hechas, este año 2022, en otro continente, donde tú vives ahora …

-Me cuentas que dejaron la casa en Chile con todo adentro y pidieron que se la cuidaran, mientras residían un tiempo en Europa. Ahí quedaron las horas paralizadas, esperando que ustedes irrumpieran en esa quietud, pero nunca pasó…

Un día, llegó un camión de mudanzas y los vecinos creyeron que, por fin, se marcharían a otro barrio. Lo cierto es que eran ladrones que junto con todo se llevaron también ese pasado congelado en las cosas. Ahí debe haber quedado desmantelada esa casita de Las Condes y ustedes, desde tan lejos, violentados, despojados para siempre de los objetos que cargaban con toda su historia.

He pasado mil veces por aquella cuadra, recordando nuestras risas, tu empeño por enseñarnos alguna materia, el persistente interés por compartir nuestros secretos.

Recuerdas con gratitud que te acogimos a tu llegada al colegio, te hicimos parte del grupo, de nuestras travesuras y audacias.

Mientras caminamos por tu ciudad, alternas con una y otra y nos vas armando el puzzle de tu vida. En este viaje, nos hemos reencontrado tres de las cuatro de entonces: yo, S y tú.

Me sorprende cómo has recuperado inmediatamente la confianza, el cariño, la complicidad de aquellos años. ¡Lo admiro! Quieres presentarnos tu vida de ahora y nosotras ser presentadas a los que no nos conocieron a tiempo. Nos confías tus preocupaciones y repites muchas veces que éramos tan buenas personas… Nosotras nos dejamos querer, añoramos esos días contigo, disfrutamos tu mirada del pasado, mientras la nostalgia nos va comiendo vivas.

Yo cuido lo que te cuento, temo equivocarme, entregarme demasiado, que se abran heridas que parece no han cicatrizado…

Ahora, ya de vuelta en mi país, puedo ordenar imágenes de tu vida que le dan sentido a esa prolongada ausencia, pero no estoy del todo conforme… Las gratas horas que pasamos juntas, quedan como un gato ronroneando y necesitan las caricias de un amo para caer en un sueño más profundo.

He regresado esta vez por tu camino, a rememorar esas tardes paradójicas en Chile, mientras se vivían momentos de cambios políticos. Había asumido Allende, la gente se iba del país, había rumores de ruina total, caos y violencia…  Nosotras, S y yo, no estábamos sordas ni ciegas a aquellos hechos, pero nos manteníamos unidas en jugarretas, para estar a salvo como niñas y escapar así de la angustia y la incertidumbre.


En mi casa, solían haber discusiones políticas entre parientes, amigos que se insolentaban, tensiones y falta de contención. Recuerdo a un tío muy derechista que le gritó a mi hermano “izquierdista de mierda” y mis padres no atinaron más que a calmar las aguas para no perder las buenas relaciones…

Tras los años, he enfrentado a mi madre, para decirle lo grave que fue esa actitud, que hoy en día, cualquiera pone “de patas en la calle” a quien se atreva a agredir de esa manera. Sin embargo, pienso que, en general, se mantenía una conducta de barrio entre los chilenos, predominaba el respeto, la importancia de la familia, los amigos, las anécdotas comunes y las infinitas gratitudes. Pero eso se fue muriendo como han ido desapareciendo las calles de tierra…

Uno no podía permanecer lejos de las amenazas que imperaban en todos lados: que va a haber huelga, que no va a haber comida, van a expropiar las casas y los campos, los colegios particulares van a ser intervenidos…

Recuerdo ese 11 de septiembre, la televisión estaba dando noticias del bombardeo a La Moneda y anunciando que había un Golpe de estado. Mi padre salió rápidamente a buscar a mi hermano, estudiante de Filosofía de la Universidad de Chile. Estuvimos atentos a las noticias, con toque de queda desde muy temprano, escuchando balaceras en las calles todas las noches.

Esos primeros días, tras el 11, no íbamos a clases, entonces me entretenía escribiendo en un diario de vida donde anotaba lo que me llamaba la atención, por ejemplo, cómo podíamos ir ahora al almacén de la esquina a comprar de todo y un día antes no había nada, que por las balaceras no podíamos acercarnos a las ventanas por las noches y que, nuevamente, había mucha gente que quería escapar del país…

Todo era ya muy distinto; vivíamos una prolongada situación de anormalidad. Ese cuaderno no lo volví a encontrar, me hubiese gustado leer mis registros de niña asustada e ingenua, creyendo que todo pasaría pronto y que volvería a las andanzas como si nada.

Estuvimos viviendo por muchísimos años una cara del país en el día y otra, contraria por la noche.

En este clima, nosotras volvimos a clases, íbamos a un prestigioso colegio particular donde nada de lo que ocurría se podía comentar. Durante una eternidad, ese temor por decir lo que sabíamos o pensábamos debió estar resguardado. No recuerdo si en estos meses se marchó de nuestras vidas para siempre Ch. Aquel compañerito simpático y risueño que se nos arrimaba; fue el primero en partir…

Pero, ahora, me siguen rondando tus relatos y nuestros recientes diálogos. Decido mandarte un wasp :

26 de junio - Hola, ¿Cómo estás? Me he quedado pensando mucho en tu historia, la nuestra y la de ahora. ¿Me podrías escribir lo que te pasó con nuestra visita, lo que te despertó y te quedó dando vueltas? Me encantaría conocerlo … Mi mail es…Besitos, cariños.

Me respondes:

27 de junio -Hola, M. Bueno, voy a tratar, pero no sé si saldrá algo legible. Yo no tengo tus habilidades. Pero lo intentaré en cuanto tenga tiempo…

6 de julio -Hola, M, linda. No creas que me he olvidado de contestar a tus preguntas. Se me ha hecho difícil sentarme un rato tranquila a grabar unos audios como hiciste tú, pero en mi cabeza no paro de hablar contigo. Siempre tan feliz de que hayamos podido retomar esa confianza de entonces, con nuestras vidas de ahora… ¡Ha sido un regalo!

(Insisto, antes de desechar la idea de escribir algo de esta experiencia).

12 de julio -Quisiera saber qué te removió este encuentro, en qué piensas desde entonces, si lo que te has contado todos estos años tiene el mismo sentido…

20 de julio -Hola, cuéntame qué pasó con la salida de Allende y el Golpe de estado en tu familia…

(Me respondes):

- Mis padres vivieron muy descontentos la época de Allende…Querían que se acabara, pero no con una dictadura.

-El terror dormía en la pieza del lado…Había mucho temor de decir de qué lado estabas, eso fue saliendo de los partidarios de Pinochet, porque los otros estaban en peligro permanente.

 -Como nos fuimos pensando que sería por poco tiempo, tal vez todo fue menos traumático...

-Fueron años de años, amiga, recuerdo ese sentimiento…

 - Yo también, incluso lo viví aquí, cuando comencé el cuarto medio, había una niña chilena en mi clase, era de Puente Alto, le costaban las materias, yo quise ayudarla así es que quedamos en estudiar juntas un fin de semana.

Cuando la llamé atendió una mujer chilena y me dijo que era un número equivocado, después, ella nunca más volvió al colegio…

No volvieron a vivir en este país, ni CR, ni F ni S, ni tú y ya es muy tarde para eso. Lo es también para ser las amigas de antes, pero podemos volver a conocernos, ayudarnos a rearmar historias que quedaron deshechas y que ahora podrían tener algo más de cordura.

El exilio de tantos, extirpó la esperanza de todos: los que se fueron para volver pronto y los que se quedaron para perder el temor. Ninguno lo ha logrado. Aún se vive aquí con la amenaza y la desesperanza.

Mi exilio, aquí en Chile, fue resignarme paulatinamente a perder aquella amistad. Recién estos últimos años he considerado ser mi propia amiga, divertirme conmigo misma y tener proyectos sin depender de nadie. Pero no han desaparecido las nostalgias ni los recuerdos cargados de emoción. Aún no se acaba la tristeza por la pérdida de días felices, del destierro de buenos compañeros y las largas horas en soledad.

A pesar de esto, todos deseamos tener un país mejor: más justo y más hermano. Recuperar lo bueno que éramos con lo que hemos ganado. Es semejante a lo que siento cuando abrazo, en estos reencuentros excepcionales, a amigas de la vida, porque entonces resurge la felicidad que creía desaparecida.

 


 

Comentarios

  1. Que lindo relato Moni, cómo te he dicho en otras oportunidades, eres una gran cuenta historias... Cada vez más hábil en esa pluma sentida y vívida. Te felicito, logras plasmar muy bien un momento de nuestra historia que marcó a tantos. Es una historia triste, por la pérdida de tus amigos, la lejanía apaga las amistades pero no las destruye. Sigue deleitándonos con tus textos, espero ansiosa el siguiente. Cariños ❤️

    ResponderBorrar
  2. Hermoso! Es un honesto e íntimo relato, que me transmite a la vez nostalgia y sensación de que todo es cíclico y se repite una y otra vez, pero de maneras diferentes. Espero eso si, nunca se vuelva repetir el horror de la dictadura, las persecuciones, las desapariciones, los asesinatos.

    ResponderBorrar
  3. Hola Mónica. Ayer leí tu relato y me trajo muchos recuerdos de mi propia vida en esos tiempos. Con algunas amigas tb me distancié por tener diferente pensamiento político, estaba todo tan polarizado, pero hoy seguimos la amistad como si nada. Fue entretenida la lectura. Cariños

    ResponderBorrar
  4. Mónica, melancólico y lindo relato, con una mirada de lo importante que son las amistades de la adolescencia que nunca se olvidan y que de alguna manera a pesar de la distancia vuelven a aparecer, como si el tiempo no hubiese pasado. Por otro lado describes muy bien los difíciles momentos que vivió nuestro país, con fuertes divisiones, y poca tolerancia, que afectaron amistades y familias por las miradas distintas del país que querían, y que lamentablemente percibo de algún modo, se está volviendo a repetir, espero que no sea con las mismas consecuencias. Sigue escribiendo, lo haces muy bien, me gustaría que incorpores a tus relatos, una mirada más lúdica y divertida, que se se que tu tienes.

    ResponderBorrar
  5. Excelente relato Monik, muy íntimo y a la vez común, debes escribir un libro, me gustaría leer la misma historia más desarrollada, muy entretenido, felicitaciones

    ResponderBorrar
  6. Hola Mony, no pude acceder para hacer el comentario en el blog.
    Me entretuve mucho con tu recuerdo de tu adolecencia y descripción de la historia que muchos vivimos, me trasladó en el tiempo, tiempo que nunca quisieramos vivir nuevamente . La vida es cíclica y de alguna forma siento que estamos volviendo a repetir el pasado pero con esperanza que no sea así.
    Gracias por compartir 🤗Gina

    ResponderBorrar
  7. Un texto sanador. Suave, cariñoso, infantil. Amistoso. Directo. Gracias Mónica.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Si puedes dar tu nombre,por favor,no conozco el blog,gracias!

      Borrar
  8. Mónica
    Acabo de leer tu texto y me encanto..!💖
    Que lindo!!! Tan sentido, tan melancólico ..! Pero no melancólico porque si, sino para rescatar y valorar lo importante de la vida: la amistad, la convivencia pacífica y respetuosa, el propio país, la infancia..
    Muy lindo Mónica! Te felicito!!👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
    Me dieron ganas de que fuera un libro y seguir leyendo.
    Un abrazo!!💖

    ResponderBorrar
  9. Querida Mónica, tu relato testimonial es emotivo, cautivante y conmovedor en la forma y el fondo. La nostalgia del pasado, a pesar de las convulsiones, es vívida y vivificante. La melancolía y esperanza del presente es necesaria. Te felicito por el texto. Está plenamente logrado para hacernos revivir, vivir y sobrevivir. Un abrazo.Henry

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas populares